martes, 24 de diciembre de 2013

La ley del aborto como estrategia

¿Qué gana el PP pisando este nuevo charco? ¿Hay intereses más allá de satisfacer al lobby católico?

Es evidente que nos gobierna un hatajo de fachas, si. Que les gusta prohibir cosas que en realidad no les importan, pero les encanta recordarnos quien manda, que somos unos pardillos, y que no nos podemos salir con la nuestra, si. Que no se trata de salvar fetos sino de controlar y someter mujeres a sus leyes, si.

Pero no acaba ahí la cosa. Estas políticas son también movimientos en el tablero, siguen una estrategia.

Decía en mi anterior entrada que las opciones políticas se están radicalizando y polarizando. En este nuevo escenario el PPSOE necesita seguir aparentando que es una dicotomía de opciones enfrentadas y visiblemente diferentes.

Del mismo modo que muchos españoles que se cagan en España cierran filas en torno a su país cuando el que insulta a la patria es extranjero; la derecha española, por momentos alejada de su partido hegemónico, se vuelve a acercar al PP gracias a estos gestos que sacan a la calle a los sectores progresistas con sus ruidosas protestas. La derecha moderada, esa que se va haciendo a la idea del aborto, se abstiene, ellos no son los importan aquí. Es el sector duro el que hay que convencer,  y lo están haciendo. Esa militancia que llena autobuses y plazas a grito de “esto es un desmadre, queremos padre y madre”. 
Haciendo amigos en un medio crítico con el PP

Aún así, creo que el gran ganador aquí es el PSOE, por encima del PP. Un partido totalmente en decadencia, al que muy poquitos defienden ya públicamente. Cada reforma educativa, cada ley antisocial, cada guiño al nacionalcatolicismo franquista que hace el PP, le da una burbuja de oxígeno al la mafia de Ferraz. Una nueva oportunidad de pillar a algún despistado y hacerle creer que ellos son una alternativa, que son “los güenos”. Y nada une más que un “enemigo” común.

En general, ambos consiguen lo que buscan, que su electorado y militancia se les vuelvan a arrimar y juntos rearmen el imaginario social que Noam Chomsky describe como ideal para camuflar y normalizar un sistema totalitario: Se reducen tremendamente las opciones políticas, pero se alimenta un furioso debate en torno a ellas. El falso dilema.   
Como estadounidense, sabe de lo que habla.

Y es que PP y PSOE son las dos principales patas del régimen, que no dudan un minuto a la hora de vender nuestra soberanía económica reformando la constitución, de bajarse los pantalones ante el Draghi de turno, de defender a capa y espada al viejo putero borracho y su oxidada corona. El régimen es el régimen y la alternancia PP-PSOE  en el poder, la mejor de las caretas. 

A los peperos les puede escocer un poco tomar medidas que puedan allanar el camino para una hipotética vuelta al poder de los zombies socialistas, (tal vez apoyándose en la dócil IU), pero ambos saben que esto no es solo una crisis económica, ni una crisis de sus respectivos partidos. Esto es una crisis de régimen y complicarse unas elecciones es insignificante cuando lo que está en juego es eso,  el régimen del 78.

Es su chiringuito y no renunciarán a él.

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