Se nos llena la boca hablando de lo mal que
está España, de lo que se aprovechan del pueblo llano los poderosos - extranjeros
y patrios-, de lo que habría que hacer para recuperar el “glorioso” estado de
bienestar que teníamos, volver a la senda del crecimiento…
Nuestros problemas –de importante magnitud, no lo voy a negar- parecen haber
sumergido en el olvido a muchos otros, aquellos de los que solo una minoría
parecíamos preocuparnos antes de que el dedo de las injusticias señalase a la
Europa mediterránea. El mundo está jodido, para que usar palabras educadas. No
sé si hablo del hambre, de la salud del planeta como ecosistema, de las
guerras, formas modernas de esclavitud… hay un mundo oscuro tras la cortina del
primer mundo, al que todavía pertenecemos. Un mundo donde la vida vale muy
poco, sobre todo si el que decide sobre ella no es tu vecino, sino un
extranjero. Un mundo del que solo puedes sentir vergüenza, de uno mismo y de
todos, por permitir que exista. Un mundo que duele tanto que es mejor correr la
cortina y olvidar, pues así se vive mejor.
No pretendo usar este artículo –por así llamarlo- para quitarle peso a nuestros
problemas, solo quiero poner un par de
ideas en juego.
Decimos que el crecimiento económico de un país representa el aumento de su PIB (producto interior bruto) por habitante en un determinado periodo de tiempo. El principal factor para el crecimiento económico es tener una balanza de pagos positiva, o lo que es lo mismo, que el país exporte más de lo que importe, ingrese más de lo que gasta. Hay otros factores que influyen en el PIB como los servicios que se prestan, las inversiones y los gastos, pero no nos vamos a centrar en ellos. Decir que un país debe buscar el crecimiento suena razonable, ¿no?
Ahora mirémoslo desde un punto de vista ficticio, digamos que existen 10
países, ¿pueden todos ellos vender más de lo que compran? NO. No todos podemos
crecer a la vez, desde un punto de vista simplista –el mío, que de economía no
entiendo-. En un marco de competencia –como nuestro propio mundo- unos tendrán
que endeudarse comprando más de lo que venden, para que tú tengas una balanza de pagos positiva. Los países ricos siempre necesitarán de
países pobres de donde sacar sus recursos a precios ridículos, del mismo modo
que las oligarquías ricas necesitarán obreros que por un precio módico generen
su riqueza. Así que no nos engañemos, a
los países ricos NO les interesa que los pobres dejen de serlo, igual que a tu
jefe no le interesa pagarte 4.000 euros mensuales, porque se arruinaría.
Del mismo modo que a ti te han echado de tu trabajo, o te han bajado el suelo,
o le ha pasado a tu tío/primo/colega… los países del tercer mundo, ese mundo
oscuro del que preferimos no saber demasiado, pagan parte del pato de que
occidente no esté en sus mejores momentos (menos casos como Latinoamérica, en
constante desarrollo, que a este paso acabará ocupando el lugar de Europa). Del
mismo modo que los bancos alemanes tienen problemas que requieren que les
devolvamos un dinero que “ nos” prestaron en contra de nuestros intereses –los
del ciudadano medio- nosotros tenemos problemas que “requieren” (insisto en la
comillas) que cortemos el grifo de la cooperación internacional para el desarrollo, que cortemos
las ayudas a los ciudadanos de esos países que han venido aquí a buscar una
vida digna y cerremos los ojos aún más de lo acostumbrado ante cualquier
negocio impropio de un país que se llama civilizado, como puede ser la venta de
armas y azuzamiento de guerras (va todo junto), o como puede ser el silencio
total ante demás crisis humanitarias que nos benefician… “Oigan que estamos muy jodidos! No hay tiempo
para preocuparnos por ustedes!”
En otros casos, la pobreza no es negocio… pero sin duda lo que no es un buen negocio,
es gastarse el dinero en ayudar a los “muertos de fame”, pensarán muchos
genios.
Otro aspecto del crecimiento económico que merece la pena comentar es que mayor
crecimiento implica mayor actividad y por lo tanto mayor consumo de recursos, a
la vez que aumenta –si está repartido- el poder adquisitivo de la población y
lo que aumenta aún más el consumo de recursos. Dirás, “¿y qué?” Bueno… el
problema es que el crecimiento es infinito, pero los recursos del planeta son
finitos. ¿Crecer hasta donde? ¿Hasta
cuando? A esto hay que sumarle que el
consumo de muchos recursos deteriora el planeta terriblemente, pero no nos
preocupemos demasiado, una vez más, los mayores marrones se los comen los
países subdesarrollados, especialmente en África, donde ecosistemas ya de por
sí muy frágiles padecen mucho más que el resto los efectos del calentamiento
global, que se traducen en estaciones de lluvias en las que no llueve, avance
del desierto, destrucción del hábitat por sequías. Hambre y muerte. Y no son
ellos los que lo han provocado.
Por tanto yo me pregunto, salir de la crisis y volver al “bienestar”, sí,
claro, ¿pero cómo? ¿A costa de quien? Si este mundo no aguanta el ritmo y a
nosotros solo se nos ocurre pisar el acelerador… ¿por cuanto tiempo será viable
este modelo para nosotros? (dejando ya de lado a los que se sobreentiende,
padecerán nuestro bienestar).
Hay por ahí unas gráficas muy chulas que miden el índice de desarrollo humano
de cada lugar frente a la huella
ecológica. El índice de desarrollo humano mide las necesidades satisfechas para
el ciudadano medio, tales como alimento, seguridad, posibilidad de asociarse,
formarse, autorrealización… suele estar relacionado con la bonanza económica,
el crecimiento económico… pero no nos engañemos; crecimiento económico NO es
sinónimo de bienestar ni de desarrollo humano. Qué tu fábrica vaya bien no
significa que te suban el sueldo ni que instalen filtros para reducir la
polución de las chimeneas.
La huella ecológica, que se suele medir en el número de planetas como el
nuestro que serían necesarios para mantener el nivel de vida de una determinada
población, si toda la población del planeta viviese así*. Por ejemplo, si todo
el planeta consumiese como la media de estados unidos, necesitaríamos unos 7
mundos como el nuestro para abastecer la demanda de recursos de esa sociedad,
si todo el mundo consumiese como Somalia, un solo planeta iría sobradísimo. A
día de hoy esto se sostiene, una vez más, gracias al “mundo oscuro” del que
hablo. Países donde la población produce más o menos, pero no consume, así la
balanza, más o menos cuadra. Dato: solo con que todos los ciudadanos chinos o
indios se comprasen un coche, esto se iba al carajo en 4 telediarios.
“Curiosamente”, los países que presentan un buen índice de desarrollo humano –la
gente vive “bien”-, son “globalmente insostenibles” en cuanto a su huella
ecológica se refiere. Y los que son sostenibles, son pobres y tienen un índice
de desarrollo humano muy bajo. La
sociedad de consumo no funciona, muere de éxito. Se necesitan alternativas, YA.
Ahora diré algo que a muchos no les gustará: Las estadísticas dicen que de
todos los países del mundo, solo hay uno que tenga un índice de desarrollo humano alto y
sea ecológicamente viable: Cuba.
Es buen articulo pero creo que hay un pequeño error economico cuando hablas de que crecimiento supone vender mas de lo que se gasta (compra).
ResponderEliminarEso seria la balanza comercial. Cuando se vende (exporta) mas de lo que se compra (importa), como esta ocurriendo ahora, se tendra un saldo positivo en la balanza comercial. Esto en principio es positivo para un pais porque supone una entrada de capitales. Significa que no hace falta que nos endeudemos para meter mas dinero en nuestro sistema, porque ese dinero viene del extranjero. A España ahora mismo le conviene bastante..
En cuanto al crecimiento en si, se habla de crecimiento cuando el PIB es un porcentaje positivo. El PIB mide lo que se se exporta menos lo que se importa mas los servicios que se prestan, las inversiones y los gastos. Es decir, incluye la balanza comercial de la que hablas pero no siempre es cierto que cuando se vende mas de lo que se compra (balanza positiva) el Crecimiento aumente.
En el caso de España, de hecho, estamos decreciendo porque hay menos inversiones y menos consumo (compraventa de servicios) aunque exportemos mas de lo que importemos.
Dicho esto, estoy de acuerdo con lo demas. :)
Por cierto, hoy me he levantado con la noticia de que el partido ecologista en Nueva Zelanda (donde vivo) aboga por mayor endeudamiento y mayor consumo para aumentar el crecimiento! que baje el dios verde y lo vea. Todos, izquierda y derecha, parecen aceptar los dogmas del capitalismo tal y como lo sufrimos.
Es que manda huevos que nos sigan queriendo vender a keynes como "solución sostenible" (y de izquierdas, ya puestos). No veo a nadie en política que se atreva a dar el golpe en la mesa y decir que el problema va mucho más allá. Y aportar soluciones reales, claro.
ResponderEliminarGracias por la corrección! a ver si mañana lo edito para tapar el fallito, aunque es pura precisión conceptual...porque el significado de lo que quiero decir no cambia.
Exactamente, la cosa empieza a ser un poco ridicula y triste.
ResponderEliminarPero ten en cuenta que los politicos viven de eso, de la politica. Y no van a morder nunca la mano del que le alimenta. El cambio, si algun dia llega, tendra que surgir de la gente y desinteresadamente, movidos por un cambio de mentalidad muy agresivo. No es facil..