viernes, 22 de febrero de 2013

De charla con Gabriel


Con motivo de una inesperada visita, he tenido el gusto de pasar unos días con mi sobrino de 5 meses. Se trata de un jovenzuelo guapísimo como yo, con unos elegantes modales y un irónico sentido del humor. Al igual que su tío, es fan de Frasier.

Que conste en acta: Sus padres ignoran todo esto.



YO-Sin duda ha sido una sorpresa encontrarte aquí al llegar, debes de estar sorprendido al visitar por primera vez un nuevo país, y también por conocer a tus tíos, ¿no?

GABRIEL-En efecto, he de confesar que este país está resultando una grata sorpresa, me maravilla lo bucólico de sus paisajes y la cercanía de su gente. Su repostería tiene una apariencia impresionante, es una pena que aún no tenga dientes y todo eso.
En cuanto a vosotros… sois… mundanos. Me acordaba de cuando os conocí en mi segunda semana de vida, qué tiempos aquellos… ¡era joven y alocado!. No me puedo quejar de vosotros. La tita Celia es maja pero un poco sobona, tú al menos me das un respiro.

YO-Bueno, es lo que tiene ser un bebé, todos quieren cogerte, tocarte…

GABRIEL-Oye, y yo encantado. Hay vida más allá de mis libros, uno debe de ser capaz de disfrutar también de los placeres banales.

-Llama la atención tu actitud pasivo-impulsiva.

-Si, yo básicamente observo. Me considero una especie de etnógrafo que convive con toda esta gente, me intento adaptar a sus poco refinadas rutinas, mientras me integro y aprendo sus primitivas costumbres. Todo ello queda reflejado en mi cuaderno de campo. Me gusta la idea de que mientras todos me observan e intentan averiguar sobre mí, yo soy el que realmente os estudia. Mi obra sigue la estela de “las cartas persas” de Montesquieu, quiero que os ayude a descubriros a vosotros mismos, los adultos. Qué opinas de ese libro, por cierto?

-Bueno, es uno de esos libros que intento que los lectores de este blog crean que he leído…  ¡oye! ¿Quieres dejar de buscar mi pezón con la boca?
-Disculpa, debido a mi corta edad mis instintos primarios tienen una gran fuerza que en ocasiones se sobrepone a la razón, por más que yo “desee no desear” ya sabes, las voliciones de segundo orden que decía este aut.. chup slurp chup chup..

-¡Pero bueno! Que yo no doy leche, obseso…

- Erm… perdone uh-té.

-Volviendo a lo que íbamos, es curioso que solo yo aprecie esta faceta tuya…

-Si bueno… los demás están centrados en ver si sonrío, aprendo a gatear y todas esas pendejadas. De todos modos, si todos lo supiesen de mi investigación me costaría mucho más realizar mi labor etnográfica. Por ello prescindo de la comunicación verbal más allá del “hu-hu-huuuu”; una deliciosa onomatopeya que he creado inspirándome en el canto de la lechuza común.  La utilizo aleatoriamente cuando tengo necesidades que necesitan ser atendidas, de diferentes naturalezas.

-Interesante, porque a veces tus padres interpretan ese sonido como que estás sobreexcitado y te intentan calmar cantándote “el romance del Conde Olinos”, supongo que entonces te toca fingir calma, ¿no?

-Au contraire tito, lo cierto es que de alguna manera me induce cierto estado de relajación y somnolencia. La verdad es que es un temazo, amén de la gran interpretación de mi mamá.





-Tu padre no parece estar muy de acuerdo en esto último.

-Si… pero bueno, estará de acuerdo conmigo en que suena mejor que tú cantándome “Sunday Morning”.

 -Jo jo jo…

- Aprecié las buenas intenciones, de todos modos tito.

-Por cierto, ¿cómo va la investigación?

-No dejáis de sorprenderme, a pesar de lo irritantes que sois todos y de vuestros grotescos modales, creo que sois una familia bastante entrañable. La abuela babeante y el abuelo que come mucha fruta son dos personajillos muy peculiares. Me llama la atención como éste último planifica sus futuras conversaciones, ¿es algo patológico o costumbre popular?

-Diría que es un patología común a algunos Barriada *Gabriel toma nota en su cuaderno*
  Por cierto, antes sacabas el tema de gatear, ¿cuando piensas aprender?


- No es un asunto que considere primario, tengo que buscar un hueco en mi agenda… mis proyectos me ocupan todo el día. Prometo que de aquí a dos meses empezaré a conseguir la autonomía física, a desplazarme independientemente. Aunque estaría bien que te lo aplicases tú también, desde que volviste a trabajar llevas un vida bastante sedentaria.. se te sale algo de michelín ya.

- Hombre, y que tú me lo digas.. *guiño de ojo*

-Oye un respeto, estoy “fuertote”, será que tienes envidia porque a mi me callan poniéndome un pecho en la boca. Y no me piques pelo polla, que con esa barba estás ridículo.

- Ridículo? Perdona pero hace un rato tú estabas en la bañera cual ballena varada con toda la familia mirándote y riéndose…. y la abuela dándote cachetitos en tu culo desnudo.

- Erm…. Touché.

- Ahora en serio, no te molesta que te haya apodado “albóndiga” no?

-Hombre… no es el nombre que yo elegiría, pero acepto mi condición de bebé y todo esto viene “en la nómina”. Por cierto, ¿puedes darme la vuelta y quitarme la mano de las posaderas? O mejor aún, pósame en el sofá. Ponme algo en el ordenador, que me distrae.

- ¿Te vale Bambi?

-Mon dieu tito…. Bájame algún capítulo de “Redes” anda….

 - Ok, ¿Alguna cosa más que me quieras contar? ¿Algún proyecto en el horizonte?

-Continuar con mi investigación mientras trabajo paralelamente en mi tesis, escribir una novela en un futuro no muy lejano y bueno… controlar.. ejem.. mis esfínteres.

- Suerte, con eso, cagón. ¡Nos vemos!

- ¡Cagón tu padre!, vete a tomar por culo tito jejeje… Arrivederci!

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