
Resulta que la Plataforma de Afectados por la hipoteca es (también) ETA. Nada nuevo, para ciertos mamporreros ETA somos todos. No me ha
sorprendido leer a cibernautas corroborando esta tesis, y de paso vinculando a PAH con
el PSOE. Ni tampoco me sorprende leer a otros “revolucionarios de pro” que ven a la PAH como “parte del
sistema”, y por lo tanto algo indeseable y despreciable.
Yo me pregunto ¿y de ti, que diríamos? De mi me dirías que mi padre es alcalde
por el PSOE, luego cualquier cosa que yo diga o haga es una farsa porque claro,
se entiende que si el padre lo es, el hijo también, ¿no? De otro dirías que es
socio del Athletic de Bilbao, ergo un “separatista filoetarra”. De otro, que le
han visto comer en un restaurante caro y vestido con ropa de marca, luego que
no se las dé de rojo.
Predomina el razonamiento falaz "Tú tienes X relación con esta persona/grupo/movimiento, luego tú estás de acuerdo en todo lo que esa persona/grupo/movimiento diga o haga, soís lo mismo".
Con esa vara de medir cualquiera está pringao. Qué facilidad de gatillo...
El otro día discutía sobre posmodernismo con
amigos/as. Desde mi punto de vista, una de las características más evidentes de la
sociedad posmodernista –la que nos ha tocado vivir- es la desafiliación (en este caso política e ideológica): la progresiva renuncia del sujeto a ideologías, grupos o referentes, que generalemente se debe a no querer verse relacionado con determinados hechos o acusaciones. No querer asumir que nada es perfecto y no se puede vivir -ni mucho menos ejercer una función pública- sin mancharse las manos. La gravedad
de esta realidad se hace evidente cuando la sumamos a la aparente dificultad
que la población parece tener a la hora de usar su capacidad de raciocinio,
adoptando posiciones precocinadas y dejándose emborrachar por la sobredosis
constante de información de dudosa fiabilidad.
Esto parece resultar en una vagancia mental aguda que cierra la puerta a
la deliberación lógica y se la abre a una espiral del silencio en la que
curiosamente la opinión general “se afilia a la desafiliación”:
Estoy harto de pensar y de no saber si
esta gente que sale en la tele me toma el pelo o no, así que mi posición es “Son
todos unos hijos de puta/la misma mierda, y el único bueno soy yo”.
De este
modo, paso a aceptar que nadie es
de fiar, y cualquier indicio que pruebe que ese alguien es “malo” se acepta como prueba rotunda, aunque
nazca del blog de un pajillero con ganas
de difamar gratuitamente y sentirse importante. En internet la información
–verídica o no- corre como la pólvora y las
montañas de basura desinformativa hacen cada vez más difícil verificar la
autenticidad de ésta, amén de la credibilidad de las fuentes.
Así, uno tiene que abrir el paraguas cuando habla en defensa de algo o alguien
digamos, famoso, pero hincha pecho y todos aplauden cuando difama a otro.
Vamos a ver un ejemplo práctico en la política: ¿Cuantos defienden al político
al que votan? (los que aún votan) ¡Muy
pocos, cada día menos! ¿Qué hacen entonces? ¡Decir que los otros son peores!
También es cierto que este ejemplo lo pone a huevo…
Hemos creado una sociedad totalmente cobarde, donde se ha pasado de no
atreverse a pensar críticamente, a criticar sin argumentos y por norma. Y tan cobardes somos que
parece que nos de miedo dar la cara por alguien, y salir de esta opinión
generalizada. Por supuesto, pagan justos por pecadores y la opinión general
condena a los que intentan ser decentes a un “sois la misma mierda, y el que os crea, un
ingenuo”. Los ejemplos son innumerables, y no hablo necesariamente de política.
La gente toma la opción de desmarcarse de todo, señalando al otro y reprochándole sus errores.
¿Cuan patética es esta forma de pensar? Si no
eres perfecto, eres un auténtico monstruo (cualquier error te acompañará toda
tu vida). Si eres perfecto, algo escondes, en el fondo eres malo. Pero si eres
un auténtico hijo de puta, no pasa nada, otros son mucho peores y en el país de
los ciegos el tuerto es el rey.
Este texto lo he parido tras leer ciertas críticas a Triodos Bank,
banco ahora atacado por todos los flancos, por hacer uso de la etiqueta
"Banca Ética".
Me remito a la respuesta que da su director en España, Joan Melé: (cita no literal).
"Me
preguntan si la banca puede ser ética, que como puede ser eso posible.
Yo siempre respondo, ¿tú eres ético? porque si no empiezas por
plantearte tus propias acciones, ¿con qué autoridad moral te yergues
para poner en duda las de los demás?"
Hace escasos días
conocía la noticia: La Autoridad Portuaria se dispone a llevar a cabo el
dragado de fangos del puerto de Maó (Menorca) que a posteriori serán depositados en
frente de la costa de Rafalet, un lugar especial para mí y para mi familia menorquina. Estos fangos contienen altas concentraciones de metales pesados tales
como mercurio y plomo. Al parecer se toma esta decisión para ahorrar costes.
No hace falta tener una licenciatura en química o biología para darse cuenta de
que esto supone una gran amenaza para un ecosistema bien conservado (ver video), que
alberga además especies protegidas.
Quise hacer de esta reflexión una carta
abierta con datos objetivos sobre economía, salud, biología…. Pero me rendí a
medio camino, no soy la persona adecuada para hablar de esos temas con rigor.
A cambio dejo una reflexión muy general
y personal sobre como nuestra cultura de la desconexión permite que sucedan
semejantes barbaridades, que tal vez pueda ayudar a alguien a despertar y
actuar.
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Cala Rafalet |
Una de las mayores miserias del mundo contemporáneo es que nos hayamos
desconectado completamente de la naturaleza de la que dependemos, repito
DEPENDEMOS. “Gracias” a nuestra educación nos especializamos en actividades
profesionales cada vez más concretas y desempeñamos nuestra labor en la
sociedad de consumo, ocupando nuestro lugar en el mercado. Como pago por
nuestra actividad, podemos acceder a los bienes necesarios –o no- para nuestra
subsistencia. El resultado es que electricista
no tiene ni idea de donde o como han fabricado sus pantalones, de donde viene
la fruta que come y lo que cuesta producir su teléfono móbil. Él solo sabe “de lo suyo”, del resto se
encargan otros. A diferencia del hombre cazador-recolector que estaba pendiente
de lo que sucedía a su alrededor, el
hombre contemporáneo “va a lo suyo” e ignora el resto.
Se produce una disociación de la realidad, entendemos las cosas tal y como las
encontramos. Por ejemplo: un pollo deja de existir como tal cuando acostumbrados
a verlo como pechugas empaquetadas. No perdemos el tiempo pensando en el
difunto animal, en cómo vivió, cómo se le alimentó... cosas que si haríamos si
lo hubiésemos criado nosotros. Esquivamos con nuestra desconexión cantidad de
dilemas sobre lo que es lícito y lo que no, somos una sociedad totalmente
irreflexiva. Siguiendo con el ejemplo, yo
soy omnívoro convencido, pero muchos se plantearían hacerse vegetarianos si se
tuviesen que enfrentar a la realidad y matar a los pollos que se van a comer. Living is easy with eyes closed.
Volvemos a Menorca.
Esta desconexión nos conduce también a percibir el mundo como un espacio
infinito, fuente inagotable de recursos y riqueza, porque no lo analizamos
racionalmente. Todos sabemos que suceden catástrofes ecológicas, pero aquello
parece que sea solo una cuestión de romanticismo, de que “algo que antes era
bonito ahora no lo es”. Parece algo que no nos afecta directamente, y que
importa sólo mientras siga saliendo en las noticias. Además; todos esos problemas parecen suceder siempre
lejos y se sienten distantes. Nada de eso
impedirá que mañana yo vaya a mi trabajo, gane mi dinero y siga con mi vida.
Falso. El mundo es finito, sus recursos limitados y su salud actual crítica.
Los problemas derivados de la explotación sin control de recursos se van
transformando en guerras por el control de estos recursos, escasez,
miseria... Los problemas derivados de la
contaminación del medio se convierten en enfermedades, destrucción de hábitats y extinción de especies
que a su vez rompen la cadena alimenticia, con consecuencias imprevisibles.
Ilustrando el ejemplo, mi discurso sonará como algo distante y abstracto, algo
de lo que no preocuparse porque “ya se
arreglará de alguna manera”. El hombre contemporáneo solo reacciona cuando
tocan sus intereses directamente y además se hace YA, gran mérito de la mentalidad egoísta individualista.
El vertido de estos fangos tóxicos y demás agresiones a la costa menorquina, tendrá
consecuencias muy dañinas en la pesca, el turismo y la salud de los
menorquines. Pero como parece ser algo “lejano y abstracto”, los menorquines
hacen gala de su habitual pasividad y van a dejar que suceda.
En esencia es un problema con un origen similar a la actual crisis económica. Rompemos
las reglas del sentido y beneficio común , creyendo que la mierda nunca nos va
a rebotar. Siempre ha sido así:
Las cosas parecían ir bien mientras la burbuja del ladrillo se inflaba y se
jugaba a especular con el precio de la vivienda: “Compro a X, vendo a X+Y, ¡qué listo
soy!”. A nadie parecía importarle que su
mentalidad cortoplacista nos trajese la ruina a los demás, con la vivienda a
precios impagables y la posterior crisis coyuntural –o sistémica, depende de
cómo lo quieras ver-. Ahora nos venden la buena gestión y el “no gastar más de
lo que se tiene”.
Pero eso en la economía real, la de la gestión de los recursos naturales, no se aplica. Seguimos
esquilmando, destruyendo y contaminando como si no hubiese mañana, viviendo por
encima de las posibilidades del planeta, usando más de lo que genera y
desechando más de lo que tolera y puede absorber. La diferencia con la burbuja financiera es que esto no es una construcción social como el dinero, esto es
real. La hostia va a ser tremenda.
PD: Si toda tu vida dependiese de la producción de una pequeña parcela, con su
huerto, su rio, sus gallinas… ¿a que ante amenazas de destruirla o contaminarla
la defenderías hasta la muerte, por pura necesidad?. Para bien o para mal nuestro mundo no está
dividido en parcelas, sino que es una gran parcela común, y dificulta el
entendimiento de este ejemplo. Pero la realidad es la misma.
Hay que pelear por ello, y hoy toca hacerlo en Menorca.
Dejo algún link de interés para quien quiera saber más:
Oceana denuncia el proyecto ante la UNESCO
Firma la petición!
Alegaciones de Oceana
Facebook: Queremos comer pescado y no mercurio.